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Dahlia De la Cerda

  • Ann Mintecompartió una citahace 2 años
    siempre me defendía y yo la defendía a ella. Era una especie de pacto, no amistad; era un pacto de marginadas. A mí me chingaban por naca, y a ella, que por puta
  • Samara Mendozacompartió una citahace 2 años
    A mí la tristeza ya me arrastró. Es más, a veces siento que la tristeza soy yo.
  • lucindagarzazcompartió una citael año pasado
    Estudio en una Universidad del Opus Dei y, aunque tengo amigas, ninguna de ellas está a favor del aborto, a menos que implique programarlo en Houston y que luego del alta del hospital nos vayamos de compras a un mall.

    Y esto, ahora mismo, ya ni se puede...

  • Ann Mintecompartió una citahace 2 años
    Me encomendé al Diablo porque Dios en esto no hace el paro
  • Christy Guerrerocompartió una citael año pasado
    ¿Cómo demuestras misoginia si el asesino dijo que la amaba? El amor es misógino
  • fercompartió una citael año pasado
    Estamos hartas de vivir rodeadas de violencia, pobreza y robos, por eso me da tristeza pasar por el Centro y ver centros comerciales lujosos y cotos donde fue nuestro hogar. Me da tristeza que nos despojaran de nuestras casas por ser morenos y de pocos recursos, porque por eso fue. El gobierno lo llamó «saneamiento del Centro Histórico»; la mera verdad es que nos querían correr por feos y pobres.
  • Frigáneacompartió una citael año pasado
    Y uno, aunque pobre y de tez humilde, tiene derecho a la vivienda.
  • Frigáneacompartió una citael año pasado
    Señor, MP, dígame, si hubiera sido un hombre, cómo sería, se salió de control, un asalto. Lo matan, lo apuñalan, y ya. Pero, ¿por qué a ella la violaron, la torturaron, y la estrangularon? ¿Por qué hay diferencia entre cómo se sale de control un asalto cuando se trata de un vato y de una morra?
  • Verónica Murguíacompartió una citael año pasado
    No existe un cuarto propio cuando ellos creen que nuestro cuerpo les pertenece
  • Miss DiazePAMcompartió una citael año pasado
    No sé por qué me acordé de esto de repente, ves que los recuerdos llegan sin que una los esté buscando, son como ráfagas de confeti que aparecen cuando menos te lo esperas, como la menstruación que se te adelanta cuando vas ir a la playa, pero no como cuando te encuentras cincuenta pesos en un pantalón al final de la quincena
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