caballo por un precipicio, el animal se acercaba, luego detenía la carrera. Los animales obedecían —como era normal— a la prudencia de la naturaleza. Los coches no
Opiniones
Brencompartió su opiniónhace 2 años
🔮Profundo
😄Divertido
👍Me gustó
🐼Adorable
Ameno, grandes enseñanzas y reflexiones, ideal para leer con tus hijos y afianzar valores. Recomendado para niño@s de ocho a once años de edad. Un texto con una gran, bella y entretenida historia