cambio, la otra parte de la baraja, los cincuenta y seis arcanos menores constituidos por cuatro series de catorce cartas cada una (diez numeradas y cuatro con figuras), las mismas que se utilizan para jugar al mus o a la brisca, sólo tiene la función de especificar, detallándolos, los significados simbólicos de los mayores. Por ejemplo, indican los tiempos en los que sucederán los acontecimientos, las edades, la clase social o las características físicas de las personas a las que se refiere el juego.