Daniel Ramos Sánchez

  • Susanacompartió una citael año pasado
    Durante toda mi vida había sospechado que no era lo bastante interesante, ni lo bastante especial ni poseía el talento suficiente para mantener la atención de los que buscaban mi amistad o mi amor.
  • Mcompartió una citahace 2 años
    —Recuerda —me dice—. Eres mi hija. Fuerte. Tienes que ser fuerte
  • MonDa AlbBercompartió una citahace 7 meses
    El adulterio es la causa de que el matrimonio funcione hoy en día –afirma alguien.
    –Eso es ridículo –respondo yo
  • Susanacompartió una citael año pasado
    Cuando el equilibrio se pierde, siento como si me enterraran viva en el fracaso y la privación, sin amor ni conexión. Las amistades son fortuitas, prevalecen los conflictos, el trabajo es la suma de sus incapacidades.
  • Sandra Vázquezcompartió una citael año pasado
    La vida parecía más plena, más intensa y más interesante cuando mi madre otorgaba sentido a la actividad humana que trascurría en el callejón. Durante aquellos instantes, sentía una conexión viva entre nosotras y el mundo que existía tras la ventana.
  • Lecturas Compartidascompartió una citahace 9 meses
    Después, la ira brota de nuevo, ardiente y clara, erótica en su habilidad para llamar la atención.
  • Lecturas Compartidascompartió una citahace 9 meses
    Durante años pensé que el sueño no precisaba de interpretación, pero hoy en día creo que anhelaba sacar a mi padre del umbral, no por la culpa y la competitividad sexual, sino para liberarme de mi madre. Me ponía la piel de gallina. Estaba en todas partes, encima, dentro y fuera de mí. Su influjo se asía como una membrana a mis fosas nasales, a mis párpados y a mi boca abierta. La introducía en mí cada vez que inhalaba aire. Me adormecía dentro de su atmósfera anestesiante, no podía escapar de la naturaleza apabullante y claustrofóbica de su presencia, de su ser, de su asfixiante y sufriente calidad de mujer.
    No tenía ni idea de nada.
  • Lecturas Compartidascompartió una citahace 9 meses
    Pero Nettie sí. Se movía a pasos largos y muy estudiados. Movía primero una pierna y luego la otra, cimbreando las caderas. Todo el mundo sabía que esta mujer no iba a ningún lado, que caminaba por caminar, para sentir el efecto que causaba en la calle. Sus andares acentuaban las carnes ocultas bajo la ropa. Iba declarando: «Este cuerpo tiene el poder de despertar tu deseo». No había nadie como ella en mil kilómetros a la redonda. Los hombres y las mujeres la ansiaban por igual. Era horrible. Yo percibía cómo iba despertando pasiones, pero esas pasiones parecían vinculadas al castigo, no al privilegio. La manera en que la gente la miraba –la crueldad de los hombres, la rabia de las mujeres– me daba miedo. Sentía que se hallaba en peligro. Nettie caminando por la acera se entretejió con la tela de mis primeras angustias.
  • Lecturas Compartidascompartió una citahace 9 meses
    Luego estaba el resto de estudiantes femeninas. Intensas de un modo completamente distinto. Atrevidas, difíciles, «agitanadas» (es decir, judías de Nueva York), con una inteligencia desarrollada y no sutil, una sensibilidad agresiva y no recatada, unos modales sorprendentes por su excesiva franqueza, sin gracia ni modestia, desconcertantes. Estas mujeres no se enamoraban de Mark, que se sentaba a su lado en Introducción a la Literatura Medieval. Estudiaban con él, debatían con él, a veces hasta se acostaban con él, pero no se casaban con él. N
  • nahuima98compartió una citahace 3 meses
    Lo único que odia es el presente; en cuanto el presente se hace pasado, comienza a amarlo inmediatamente
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