Luciano Lutereau

Luciano Lutereau es psicoanalista. Doctor en Filosofía y doctor en Psicología por la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde trabaja como docente e investigador en la Facultad de Psicología y en la Facultad de Filosofía y Letras. Magister en Psicoanálisis y especialista en Psicología Clínica por la misma universidad. También es docente en tres materias en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), donde además coordina la Licenciatura en Filosofía. Dirige la revista de psicoanálisis y filosofía Verba Volant e integra el comité de redacción de prestigiosas publicaciones. Dicta de manera regular cursos de posgrado en distintas universidades del país y del exterior. Es autor de diversos libros, entre ellos, Histeria y obsesión. Introducción a la clínica de las neurosis (2013), Ya no hay hombres. Ensayos sobre la destitución masculina (2016) y Edipo y violencia. Por qué los hombres odian a las mujeres (2017). Artículos suyos han sido traducidos al inglés, francés y portugués.

Citas

Bianca Beltráncompartió una citael año pasado
si Lacan utiliza esta fórmula es porque, justamente, apunta a distinguir la regla de la ley. Mientras que las reglas prohíben, la ley causa el deseo. La metáfora paterna tiene el propósito de sancionar el pasaje, en el niño, de “objeto de deseo” a “deseante”. Sin embargo, ¿en qué consiste esta operación del padre?
Bianca Beltráncompartió una citael año pasado
En principio, resulta curioso que este “hacerse” preferir, vuelve a ubicar al niño ante una escena de seducción. En este sentido es que Lacan recupera el Edipo “invertido”, aunque no se trate de tomar al padre como objeto de deseo (una elección homosexual, en el sentido de Freud) sino del encuentro con el deseo del padre, en particular, del deseo del padre por la madre; dicho de otro modo, del padre, en tanto “hombre”, por la madre “en tanto mujer”. Por eso Lacan es enfático al sostener que el padre simbólico no existe (o bien, es el padre muerto) y el padre imaginario es el que habita en la fantasía de los neuróticos, mientras que la castración tiene como referente al padre real, es decir, ese hombre.

De este modo, el niño se convierte en hombre ante otro hombre; o mejor dicho, queda marcado por la promesa de la hombría. Lacan hace mención a esta cuestión al afirmar que el padre es quien “tiene” aquello que el niño “tiene, pero aún…”, vía por la cual introduce al niño en la perspectiva de la falta fálica (antes que atribuirle un objeto).
Bianca Beltráncompartió una citael año pasado
Respecto de la primera indicación, la dialéctica del amo y el esclavo expone cómo la constitución de la identidad requiere de un pasaje por la alteridad, que surge del encuentro de un deseo con otro deseo, y del conflicto necesario que se resuelve a través de la cesión en que el esclavo se descubre como tal.

Opiniones

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Mayra Leonor Díaz Lópezcompartió su opiniónel año pasado
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