M. ª Teresa Gómez-Limón Amador

El matrimonio de una chica se cambia por dos vacas, lo que garantiza el sustento de la familia durante mucho tiempo. Para los masái, una joven no está lista para casarse si no se le ha practicado la mutilación. Los hombres no las quieren entre sus esposas y la familia no recibe la dote que se ha de entregar a cambio.

Dice que desde el año 2001 existe en Kenia la Children Act, ley que protege a todos los menores de dieciocho años de sufrir cualquier tipo de agresión y evita que se vulneren sus derechos y Agnes considera que esta ley es buena.

La mutilación genital femenina se practica en 38 países y, según la Organización Mundial de la Salud, afecta en la actualidad a entre 100 y 140 millones de mujeres y niñas en el mundo.

No es demasiado tarde para buscar un mundo nuevo.