abundancia te deja petrificado pues, tras los millones de organismos que han sobrevivido, adivinas la existencia de otros muchos millones que mueren cada hora, y ese gesto de la naturaleza de arrojar incesantemente vida sin ton ni son, ese gesto de creación por el mero gozo de crear, por la alegría de absorber el sol y de cantar su victoria, te atonta, te abruma