Y sé sin embargo que una mujer puede encantarle a uno con su belleza, o sabe Dios con qué, en un abrir y cerrar de ojos; a otra, hace falta estarla trabajando seis meses antes de comprender lo que lleva en la mollera; a la de más allá, para verla del todo y quererla, no basta con mirarla, no basta con estar dispuesto a todo. Hace falta además ser un superdotado. Estoy convencido de ello, aunque no entienda nada; de no ser así, se necesitaría de golpe y porrazo rebajar a todas las mujeres a la categoría de simples animales domésticos y no mantenerlas cerca de uno