Descubrieron que el 75 por ciento de los asesinatos masculinos eran sexuales, y el 52 por ciento de los femeninos financieros. Los datos también afirmaron la noción de que las mujeres son mucho más propensas a matar a personas que conocen, y a hacerlo mediante las técnicas estereotipadas (para las mujeres, al menos) de envenenamiento y asfixia.