Más vale emplear la palabra precisa.
Con todo, me he preguntado si pudo ser una invención. Ya saben que siempre andaba inventándome cosas y que estas resultaban tan verosímiles que la gente acababa creyéndome (en ocasiones, yo mismo era incapaz de distinguir entre lo verdadero y lo falso). Más tarde lo convertí en un oficio, me hice novelista.