Conocerse varón y ser mujer
es el arroyo que atraviesa el valle.
Ser el arroyo que atraviesa el valle,
con su poder eterno e infalible,
es ser una vez más recién nacido.
Reconocer la luz y hacerse oscuro
es un ejemplo para todo el mundo.
Ser un ejemplo para todo el mundo
de ese poder eterno e infalible
es volver otra vez al infinito.
Conocerse en la gloria y ser modesto
es el arroyo que atraviesa el valle;
con su poder eterno e infalible,
es el retorno a la simplicidad.
A la madera simple hay que cortarla
para sacarle todo su provecho.
Así conduce el sabio a los demás:
leña de árbol erguido.
Versión de Ezequiel Zaidenwerg