El método definitivo contra la estupidez
¿Para qué sirve pensar, reflexionar sobre el mundo que nos rodea? ¿Cómo aprender a pensar? Este libro responde a ambas preguntas y nos muestra lo que nos enseñan algunos de los grandes pensadores que nos han precedido.
Pensar no es un mero pasatiempo teórico. Nos ayuda a combatir los prejuicios; a darnos cuenta de las «trampas» de la lógica que emplean políticos, publicistas o religiosos para no caer en ellas; a tener criterio para definir los límites y las posibilidades de los avances científicos.
Pero, en contra de lo que parecen indicar los actuales planes de estudio y reformas educativas, para pensar es necesario tener conocimientos, aprender. Hoy día se discute con frecuencia si es preferible ser inteligente o tener conocimientos. Es una discusión tonta porque ambas cosas, saber e inteligencia, solo pueden avanzar si van de la mano. Quien se empeña en opinar antes de estudiar, por aquello de que la inteligencia es más importante que el saber, solo podrá dar opiniones tontas.