El desplazamiento físico en busca de un mundo mejor; el desapego y ruptura con el núcleo familiar; el sometimiento silencioso de la mujer a las tradiciones sociales y religiosas; el existencialismo de los hijos; el ostracismo y el exilio moral del padre quien es relegado a un segundo plano convirtiéndolo en un extrañó en medio de una soledad acompañada, evocan y sobrevaloran los exilios del ser. Así, Flores para María Sucel pone de manifiesto su riqueza dramática.